Adquirir una lista de correos para una campaña de email marketing es una práctica bastante común, especialmente cuando vas a hacer un lanzamiento. Ahorras tiempo y llegas a una nueva audiencia.
Cuando pagas bien, probablemente tendrás una lista actualizada y “saneada”, sin correos que reboten. Y si pagas muy bien, puedes comprar bases de datos conseguidos de manera legal (sabrás que lo es cuando te entregan una declaración de legalidad y están dispuesto a firmar un documento de exoneración).
Puedes obtener resultados positivos de esta manera, no lo voy a negar. Al fin y al cabo es una cuestión de volumen. Pero debes saber que también habrá resultados negativos.
Aquí tienes mis 3 por qué no debes comprar bases de datos para tu mailing.
1. No es un lead: nunca ha mostrado interés en tu marca
Cuando envíes tu campaña a esa nueva lista estarás contactando por primera vez con todas esas personas. No ha habido relación alguna antes. No los conoces ni ellos te conocen.
Y como no te conocen, no pueden estar interesados en ti, no confían en ti ni van a querer recibir tus correos diarios, semanales o quincenales.
No son leads reales, lo que conlleva consecuencias negativas para tu negocio.
Para empezar, lo más probable es que la mayoría ni siquiera abra tus correos. De hecho, es muy fácil que varios te marquen como spam en cuanto los vean en su bandeja de entrada.
Si un porcentaje significativo te marca como spam, los servidores empezarán a mandar tus correos a esa temida carpeta. Y ya sabes lo que significa, ¿verdad? Vas a perder visibilidad y, si el porcentaje es muy alto (poco probable, lo admito), te cerrarán la cuenta.
Además, las métricas que consigas no serán fiables. Volvemos al inicio: no son leads, no estás trabajando con tu público. Por lo tanto, no van a darte información fiable para perfilar tu buyer persona.
2. No tienes el permiso expreso del contacto
Has pagado por conseguir la lista, pero no por el permiso de entrar con regularidad en la bandeja de alguien que no se ha suscrito a tu lista.
Sí, incluso si esa lista ha sido creada de manera legal, no ha sido con el permiso expreso de que tú le contactes.
Los contactos de esas listas están allí por haber marcado distraídamente la casilla de “Acepto los términos y condiciones”. Uno de los términos es que la empresa X puede ceder tus datos a sus socios de confianza.
Y en caso de las listas no legales… bueno, ¿qué más puedo decir? Al comprarlas y usarlas estás incumpliendo las leyes de protección de datos de muchos países.
Por no mencionar que también estarás incumpliendo las normas de las principales plataformas de mailing, que se escudan con la famosa GDPR europea y otras leyes de privacidad.
Ten siempre presente que tener un suscriptor es un privilegio que debes ganarte.
Cada vez que le envías un correo estás invadiendo un espacio donde no has sido invitado.
Lo que nos lleva a…
3. Estás mandando una mala imagen de tu marca
Para un momento y viaja al pasado. Recuerda: ¿cómo te sentiste cuando de repente te empezaron a llegar correos de empresas con las que no tenías relación? Es molesto, ¿verdad?
Un correo tras otro ofreciendo un producto en el que ni habías pensado, ofrecido por una empresa de la que no has oído hablar. ¿Será una estafa? Y aunque no lo sea, ¿cómo consiguió mi dirección? ¿Por qué me escribe? ¿Por qué sigue enviándome correos?
Estás enviando una imagen de invasor, insistente, pesado y… poco fiable.
¿Es eso lo que quieres para tu marca?
No compres bases de datos ¡practica el marketing ético!
Tienes buenas intenciones, no lo estropees con malas prácticas.
Si quieres darte a conocer a un nuevo público, crea un buen embudo de ventas y gánate el privilegio de agregarlos a tu lista por voluntad propia. Créales interés en tu marca y tus productos.
Admito que es más difícil, toma más tiempo y requiere una inversión inicial más fuerte. Pero, a la larga, también será mucho más rentable.
Además el email marketing es mucho más efectivo cuando ya te conocen que a puerta fría.
Si ya has comprado una base y eres una empresa B2B, igualmente puedes usar esa lista. Pero úsala bien, úsala para elegir con quién te gustaría trabajar.
Investiga cada empresa y escríbeles un correo personalizado. Menciónales qué es lo que te gusta de ellos y cómo les beneficiará contratarte.
Si dudas, simplemente pregúntate ¿cómo te gustaría que te contactasen a ti por primera vez?
Si necesitas ayuda para crear buenos correos… escríbeme.